Muchos aficionados a los peces tienen la idea de que si compran plantas naturales para sus acuarios éstas van a causar que los acuarios se llenen de algas, y que las plantas muertas al descomponerse dañen el agua. Esto es cierto si a las plantas no se les pone el cuidado que necesitan, que es básicamente tener iluminación para plantas de acuario; no es suficiente el bombillo blanco de oficina (luz de neón). Y si se tienen pocos peces abonarlas de vez en cuando.
En algunas tiendas de acuario, aconsejan a los compradores colocar plantas artificiales explicando que éstas son más fáciles de manejar y además no se pudren. Lo único cierto de esta afirmación es que no se pudren. Cuando se le hace mantenimiento al acuario hay que sacar estas plantas artificiales lavarlas y limpiarles las algas que se les hayan adherido; cuando las algas se arraigan al material con que están hechas es muy difíciles eliminarlas, y cuando las regresamos al acuario las algas vuelven a crecer en el mismo punto.
Si la planta es natural, al hacer el mantenimiento se eliminan las hojas con algas, o toda la planta, si es el caso. Hay que tener en cuenta que las algas crecen naturalmente en el acuario y van siendo eliminadas por peces que se alimentan de ellas o por cambios de agua. Si el acuario tiene muchas algas hemos fallado en hacerle el mantenimiento adecuado, y se tendrá que cambiar el agua con más frecuencia para disminuir su desarrollo en el agua del acuario.
Hay que cerciorarse que sí estemos comprando plantas acuáticas, ya que en el comercio de peces a veces venden plantas que son de suelos húmedos, pero que no pueden vivir sumergidas por mucho tiempo en el agua del acuario, pudriéndose a los pocos meses de adquiridas.
Las plantas artificiales dan la ilusión de tener un acuario con plantas naturales, pero nunca igualarán su belleza, y jamás podrán aportar los beneficios, para el agua y para los peces, que ofrecen las plantas naturales.